15 septiembre 2023

El móvil absorbe todo el tiempo libre de mis hijos, ¿qué les puedo ofrecer?

En los últimos años, los móviles se han convertido en parte de nuestra vida cotidiana. Los usamos para todo: informarnos, comunicarnos, escuchar música, leer, trabajar y consumir contenido de entretenimiento. Por este motivo, es inevitable que también sean parte de la de nuestros hijos, que son verdaderos nativos digitales.

Es cierto que los smartphones nos facilitan mucho la vida, por lo que nadie quiere renunciar a ellos. Sin embargo, pueden terminar desembocando en graves adicciones cuando se abusa de ellos o se usan de manera irracional, lo que tiene consecuencias tanto a corto como a largo plazo, especialmente en niños y adolescentes. De hecho, según la Asociación Española de Pediatría, un 15% usa los móviles de forma inadecuada e incluso presenta comportamientos adictivos. Un porcentaje que cada año va a más.
¿Qué hacer para no llegar a este punto? ¿Qué opciones de entretenimiento podemos ofrecer a nuestros hijos para que inviertan su tiempo libre en algo más positivo?

Consecuencias del mal uso de las pantallas

Diversos estudios sobre el uso de las pantallas concluyen que este tipo de adicción influye de manera negativa en el desarrollo del lenguaje, en el desarrollo cognitivo y en el rendimiento escolar. Pero además, aumenta las probabilidades de sufrir Síndrome de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), lo que además puede provocar problemas de conducta debido a la falta de frustración, llegando incluso a desarrollar comportamientos agresivos. A lo que hay que añadir los posibles problemas de sueño y la aparición de la obesidad.
Esto no significa que tengamos que desterrar por completo las pantallas de nuestras vidas, pero sí que debemos realizar un uso racional de ellas y dedicar más tiempo a actividades más enriquecedoras, como el juego, el deporte, la lectura o la música.

Aprender música: una excelente alternativa al móvil

El contacto con la música desde edades tempranas puede marcar una diferencia considerable con la educación, la formación y el desarrollo de las habilidades en los niños.
Además de la propia destreza que se adquiere al formarse en la capacidad de tocar un instrumento y sumergirse en la cultura artística del aprendizaje, hay que destacar que se trata de una actividad global que abarca multitud de aspectos que van más allá de lo meramente académico o de las cuestiones relacionadas exclusivamente con el arte.

Aprender a tocar un instrumento brinda numerosos beneficios a los niños, por lo que ya se introduce en los colegios desde preescolar, siendo un elemento clave durante la primera etapa del sistema educativo. Dicho aprendizaje puede motivarse también en casa a través de las canciones o el aprendizaje de ritmos o sonidos o apuntando a tus hijos a una Escuela de Música como Tempo Musical.
No sólo sirve como entretenimiento y forma de diversión, sino que también fomenta la creatividad, estimula la mente y reduce el estrés.
Favorece la actividad cerebral y el desarrollo del sistema motriz, al mismo tiempo que despierta la imaginación y la creatividad.
Pero además, ayuda al niño a expresarse de otra forma, a integrarse de manera activa con la sociedad a través de una comunicación más armoniosa y a lograr una mayor autonomía en sus actividades cotidianas.

¿Cómo y cuándo pueden aprender música los niños?

El primer contacto de los niños con el mundo de la música y los sonidos se realiza de forma inconsciente a través de la voz de la madre. Cantar a nuestros hijos crea un vínculo duradero que se mantendrá toda la vida. Además, en los primeros años, podemos cantar, tocar y escuchar música en casa para que se vaya familiarizando con ella y transmitirle que es algo valioso y divertido. Una vez que hayamos conseguido motivar y estimular al niño, podemos apuntarlo a clases de música.
Entre los 3 y los 6 años, el desarrollo psicomotriz todavía no se encuentra plenamente maduro, por lo que las clases formales de un instrumento pueden resultar abrumadoras para los más pequeños, pero existen métodos como las clases de iniciación musical para que vayan aprendiendo cuestiones relacionadas con la melodía, el ritmo y la armonía a través del canto, el juego y el uso de materiales didácticos divertidos, facilitando así su comprensión de la música y proporcionándole una gran ventaja para el día que empiece a aprender a tocar un instrumento específico.
A partir de los 6 años, el niño ya cuenta con el desarrollo psicomotriz adecuado y con la capacidad de esfuerzo necesario para comenzar a estudiar un instrumento, por lo que es cuando la mayor parte de las escuelas de música suelen comenzar con la formación musical.

¿Cómo motivar a tus hijos a aprender música?

Si quieres inculcar en tus hijos el gusto por la música y por aprender a tocar un instrumento, es importante mostrarles que se trata de un privilegio y ayudarles a descubrir lo divertido que puede llegar a ser. Para ello, es fundamental exponer a los niños a los elementos musicales desde edades tempranas, cuando poseen una mayor capacidad de retención de conocimientos.

Algunos de los hábitos que podemos ir desarrollando en casa para inculcar el gusto por la música en nuestros hijos son los siguientes:

  • Escuchar música con ellos: acostumbrar a nuestros hijos a escuchar música de calidad requiere de un poco de tiempo y paciencia. Puede que al principio no les resulte muy atractiva la idea. Para que sea más sencillo, podemos comenzar con la escucha pasiva, poniéndola de fondo como sonido de ambiente. De esta forma, los niños lo verán como algo natural.
  • Enseñarlos a bailar: toda manifestación artística que tenga que ver con la música puede ayudarnos a acercarlos al mundo de los sonidos y a expresarse a través de ellos. Por ejemplo, el baile. Podemos bailar con ellos algunas de sus canciones preferidas para crear una relación positiva con la música.
  • Apuntarles a clases de música: es fundamental que los niños establezcan buenas relaciones con otros niños dentro del ámbito musical. Las clases de música favorecerán que su experiencia de aprendizaje mejore, con otros niños.
  • Jugar con juguetes musicales: la idea es construir emociones positivas sobre cualquier actividad relacionada con la música. A todos los niños les encanta jugar, por lo que, de esta forma, es más sencillo establecer una relación positiva con ella.
  • Ir con ellos a conciertos: asistir a conciertos ayudará a ampliar la perspectiva de la música desde un punto de vista más positivo. Podemos llevarlos a conciertos enfocados al público infantil y juvenil, con repertorios que se ajusten a los gustos musicales de tus hijos.
  • Generar una atmósfera de cultura musical: es importante que la música forme parte de nuestras conversaciones familiares y de nuestras actividades destinadas al entretenimiento en casa. Internet nos permite acceder a infinidad de contenidos que pueden incitar a la charla y la reflexión, lo que hará que tus hijos se críen en un entorno donde la música forme parte del día a día.
  • Elogiar los progresos: una de las formas más eficaces de motivar a tus hijos a estudiar música es elogiar su progreso, celebrándolo como un verdadero éxito. De esta forma, los pequeños aprenderán el auténtico valor del esfuerzo y revertirá positivamente sobre su autoestima. No importa si son avances pequeños, puede que para él haya requerido un gran esfuerzo que solamente será capaz de valorar si es recompensado por ello.
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